viernes, 10 de febrero de 2012

La Tontá

            Goebels hablaba de los deseos de paz del IIIer Reich cuando preparaba la segunda Guerra Mundial. Atacaba Polonia diciendo que se defendía etc etc. El objetivo era decir lo que el público quiere escuchar mientras haces lo que deseas. Esa actividad fue la gran aportación de Goebels al campo de la manipulación y la propaganda.

            En nuestro mundo actual la propaganda y la manipulación adquieren un nivel desorbitado y por ello esa táctica es lo habitual. El PP ganó las elecciones diciendo que el paro era para ellos el problema principal, el PSOE dice que son de izquierdas, socialistas y obreros (sin comentarios) y por último IU dice que están unidos. Es lo habitual en nuestros días. Todos sabemos que los empresarios son los que “dan” trabajo y no los que explotan a los trabajadores, que los tribunales es el ámbito donde se puede alcanzar justicia o que el Parlamento es el donde reside la voluntad popular.

            Dentro de este mundo donde el oximorón es rey me referiré a la campaña por la consecución de sellos de calidad (en lo sucesivo se le denominará como la tontá).

            Dicha tontá se consigue cuando una empresa, por supuesto privada y pagada por el bolsillos de los ciudadanos, envía un inspector al centro donde se ocupa de que todo esté recogido en los papeles, desde el sistema de compra de paquete de folios a los exámenes que pone un profesor. Todo debe estar reglamentado, medido, contado y supongo que incluso versificado. El inspector en cuestión entiende de la práctica docente lo que yo sobre el sexo de los ángeles, pero eso no importa. Lo importante es que los papeles digan una cosa y eso corresponda con lo que digan otros papeles. El sueño de los burócratas.

            ¿Qué supone esto? En primer lugar como se percatará el avispado lector la multiplicación de papeles y documentos. Un trabajo extra por parte del profesorado en la elaboración de dicha burocracia, y la obsesión en la práctica docente por que todo esté de acuerdo con algún papel.

            ¿Cómo se hace esto? Bertold Brecht contaba en un pequeño relato como un jardinero tenía la obsesión de dar forma esférica a un seto y para ello empezó a podarlo, pero siempre veía que  dicho seto era ligeramente irregular por algún lado y por ello procedía a un nuevo recorte. Al final estuvo satisfecho con el resultado, pero el seto prácticamente había desaparecido. Esto es lo que pasa con la práctica docente y la tontá,
Para conseguir que la práctica docente se ajuste a los papeles se recortará dicha práctica, perderá su vitalidad y capacidad de innovación, lo cual para una actividad que tiene que ver con personas vivas, si se pierde la vitalidad se llega a la muerte.

            No te salgas del libro de texto aprobado por las instancias ministeriales, no les des un artículo reciente de periódico o les hables de las investigaciones actuales, porque igual eso no está reflejado en la programación, no les pongas exámenes para valorar la corrección de estilo y la comprensión -¿cómo se cuantifica eso?. Mejor ponles un examen tipo test fácil de corregir y de sobre todo de cuantificar. Te ahorrarás problemas y encima trabajarás menos.

            Acabemos con la educación pública, pero con sello de calidad.